Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 26 abril 2024.

Lenguaje sexista

    En los tiempos que corren, parece una banalidad cualquier tema que no esté relacionado con el COVID-19, sus antecedentes y sus consecuencias; y sobre todo parece más banal si está relacionado con el feminismo, y aún más si trata de lenguaje.

    18/06/2020. Amaya Amilibia Ortiz, secretaria de las Mujeres del Sector de Carretera y Logística de FSC-CCOO

    El problema no son las palabras, sino lo que definen

    En los tiempos que corren, parece una banalidad cualquier tema que no esté relacionado con el COVID-19, sus antecedentes y sus consecuencias; y sobre todo parece más banal si está relacionado con el feminismo, y aún más si trata de lenguaje.

    Como sindicalistas no hemos dejado de trabajar por mucho confinamiento que hayamos tenido: negociaciones, comunicados, lecturas de BOE, interpretaciones de Reales Decretos, consultas...y el trabajo de siempre, que no podemos olvidar, ni nos tiene que hacer mirar para otro lado, como la utilización de un lenguaje adecuado.

    Virus hay muchos, unos matan y otros solo infectan, pero ferozmente

    El debate en torno al lenguaje inclusivo había tomado mayor fuerza en el último año, más que en otros anteriores, tanto en nuestra organización, como en la sociedad en su conjunto, y ello, producto de la insistencia de las organizaciones feministas en espacios sociolingüísticos. Pero la intención feminista abarca más allá del carácter puramente gramatical, se desplaza para entrar en la esfera de lo social, de lo político y de lo cultural.

    El lenguaje es un medio por el cual nos expresamos y nos comunicamos, pero las palabras no están vacías, porque con ellas se expresan y comunican pensamientos, ideas y sentimientos que representan y construyen la realidad en la que vivimos. Entendemos el mundo a través de la representación que tenemos del mismo.

    La lengua no la inventa la RAE y la distribuye en fascículos, sino que es una construcción de pensamientos y de vivencias de las personas, de la sociedad. Y una sociedad que progresa está en constante cambio, se mueve al igual que evolucionamos los seres humanos dentro de esa red social; por tanto, la lengua refleja realidades, realidades en movimiento.

    Cuando aparece una nueva palabra (por la realidad que vivimos), como “influencer”, la acabamos utilizando como algo cotidiano casi al instante, y eso, que hasta el momento era inexistente. No existía en nuestra realidad y no parece que nos haya costado tanto asumirla como “animal de compañía”; sin embargo, “médicas” o “juezas” ha habido que dar un sinfín de explicaciones, años de práctica profesional para que sea cotidiana, y aún así se sigue sin aceptar totalmente. No digamos “diputadas”, que se ha convertido en discusión diaria y motivo de chufla a quienes pedían que se añadiese en el título del Congreso de los Diputados.

    En resumen, cuando surgen realidades nuevas que no existían, como las relacionadas con las tecnologías (bloguero), se busca, se encuentra o adapta una palabra que la nombre porque es una necesidad comunicativa humana. La lengua es el pueblo, es la gente, que estando en constante movimiento encuentra nuevas realidades que se nombran y se acaban imponiendo por el uso, transformando su mundo.

    La entrada plena de las mujeres en la esfera pública, requiere tener nombres que suenen a mujeres, a las que se mueven, a las que son realidades y a las que progresan, como la lengua y como la propia sociedad. No nos quedemos atrás y progresemos.