Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 11 noviembre 2025.

22 de marzo, Día Mundial del Agua: FSC-CCOO apuesta por garantizar el derecho humano al agua y a un medioambiente saludable

    Este año se pone el foco en la preservación de los glaciares y su papel fundamental en la regulación del clima y la protección contra los peligros naturales. Desde la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO (FSC-CCOO) apostamos por garantizar el derecho humano al agua y a un medioambiente saludable.

    21/03/2025.
    22 de marzo, Día Mundial del Agua 2025

    22 de marzo, Día Mundial del Agua 2025

    La UNESCO y la Organización Meteorológica Mundial son los organismos de las Naciones Unidas que lideran la celebración de este Día Mundial y han centrado su atención en la necesidad de preservar los glaciares como reservorios naturales de agua dulce (70% del agua dulce la tierra) y su papel esencial en la regulación del clima y la protección contra los desastres naturales y los fenómenos meteorológicos extremos que provoca el cambio climático. Implementar prácticas de gestión sostenible y fomentar la cooperación científica internacional son pasos vitales para preservar estas fuentes críticas de agua, garantizar la prosperidad a largo plazo y promover la paz mundial.

    Un Informe de la UNESCO sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo del 2023 advierte de que hay un riesgo inminente de una crisis mundial del agua y la demanda de agua dulce a nivel mundial no ha dejado de crecer como consecuencia, entre otros factores, del crecimiento demográfico, la expansión del regadío, las tecnologías con altas necesidades de agua (centros de datos), usos recreativos (cañones de nieve artificial, parques acuáticos, etc..) y en general el desarrollo económico.

    El agua está también detrás de muchos de los conflictos bélicos y de índole social documentados desde el año 2000 (1.057 conflictos por el agua en el mundo; el 44% de los enfrentamientos han sido en los últimos cinco años) y ha estado presente en enfrentamientos que se remontan más atrás en el tiempo, como la histórica disputa por los Altos del Golán en el conflicto palestino-israelí, una zona de importancia estratégica, pero también una importante reserva de agua, que propicia una tierra fértil que lleva ocupada por Israel desde 1967. Esta zona ha tenido siempre un papel destacado en las negociaciones de paz entre ambas partes, en las que la parte palestina exige su devolución.

    Al mismo tiempo, la alteración del ciclo natural del agua derivado del cambio climático y de los fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como son las sequías e inundaciones que, no sólo dificultan, sino que también impiden la satisfacción de esa demanda.

    La Península Ibérica es extremadamente vulnerable a los fenómenos climáticos extremos como los períodos de sequías y las actuales inundaciones que están causando destrozos en muchas localidades de nuestro país con consecuencias nefastas en términos de pérdidas de vidas humanas y destrozos materiales de bienes inmuebles y cosechas.

    Desde la Federación de Servicios a la Ciudadanía apostamos por garantizar el derecho humano al agua y a un medioambiente saludable.

    Se debería respetar una jerarquía de prioridad entre las distintas funciones del agua en la que el agua de boca ocuparía el primer lugar con el establecimiento de un mínimo vital de 100l/habitante/día (agua de boca, saneamiento e higiene). Otra de las prioridades sería el aseguramiento de los caudales ecológicos necesarios para mantener la biodiversidad. En una tercera posición estarían los usos agrícolas e industriales con una visión social que no dejase atrás a las pequeñas explotaciones con arraigo en el territorio y favoreciese a grupos sociales más vulnerables. En último lugar quedarían las actividades de índole recreativa.

    Desde esta Secretaría defendemos que no es necesaria una mayor inversión en nuevas infraestructuras sino mejorar la gestión del agua y la eficiencia de las infraestructuras ya existentes (reducción de fugas). Se debe seguir potenciando la economía circular urbana del agua con metodologías seguras que no supongan un mayor riesgo para el desarrollo de bacterias resistentes o degraden la vida vegetal y por último una mayor democratización del funcionamiento de las Conferencias Hidrográficas donde hoy por hoy tienen un peso sobredimensionado las comunidades de regantes y otros intereses privados.