Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 14 marzo 2025.

8M en nuestras embajadas, donde faltan medidas de conciliación

    Las mujeres superan el 54% de la afiliación de FSC-CCOO en el Servicio Exterior. El protocolo contra el acoso sexual y/o por razón de sexo, que CCOO considera insuficiente, aún no se ha dado a conocer entre las plantillas del Ministerio del Exterior.

    13/03/2025.
    8M en nuestras embajadas, donde faltan medidas de conciliación

    8M en nuestras embajadas, donde faltan medidas de conciliación

    "La diplomacia feminista representa, al mismo tiempo, la necesaria coherencia entre la política nacional y la acción exterior del Estado. Es el reflejo, en el plano internacional, de la apuesta del Gobierno de España por la igualdad y los derechos de las mujeres". Arancha González Laya, 2021

    El 8 de marzo ha logrado establecerse no solo como una jornada de reivindicación -que ya lo era-, sino como un momento de pausa para reflexionar de manera conjunta sobre el recorrido realizado hasta la fecha y para establecer las pautas que, como sociedad feminista, debemos seguir a continuación. Si bien la conclusión permanece invariable -todavía queda mucho por hacer-, gracias a la lucha de todas hemos conseguido avances -lentos, escurridizos, a veces- visibles en todos los ámbitos, incluido el Servicio Exterior.

    "El exterior", esa categoría que usamos de manera tan habitual y con la que englobamos a un colectivo de alrededor de 6000 personas, está formada por centros de trabajo en más de 100 países y trabajadoras procedentes de otros tantos lugares con condiciones socioeconómicas muy diferentes entre sí. En este contexto, por tanto, resulta imposible tanto comprender las dinámicas laborales actuales como pretender mejorarlas sin tener en cuenta la interseccionalidad, concepto central del feminismo. La interacción entre el origen étnico/racial de nuestras compañeras, su nivel educativo o su edad -por mencionar solo unos pocos- crean diferentes niveles de desigualdad que se ven fortalecidos por comportamientos y políticas discriminatorias ejercidas por diferentes agentes, bien sean superiores, bien al mismo nivel profesional (compañeras, compañeros, compañeres). Comentarios misóginos, preguntas fuera de lugar en las entrevistas de trabajo o actitudes condescendientes forman parte de una larga lista de comportamientos habituales en nuestro entorno laboral. Lamentablemente, el machismo impregna todo el sistema y su eliminación exige un aprendizaje activo por nuestra parte que debería ser favorecido por nuestro empleador -esto es, la administración-, sin importar el puesto que desempeñemos o el color de nuestro pasaporte.

    Una de las mayores reivindicaciones en este ámbito nuestro destaca igualmente la falta de medidas de conciliación, una circunstancia que nos perjudica a nosotras de forma habitual, con especial intensidad en países en los que los roles de género no aceptan variación alguna, conservándose inflexibles y obstinados a pesar del paso de los años y del avance de la cuarta ola feminista a nivel global. En un momento en el que el personal de la Administración General del Estado en España se encuentra en un pulso por conseguir la jornada de 35 horas, en el exterior hay quien hace turnos eternos, quien apenas puede salir de su lugar de trabajo o quien no puede acceder a un horario flexible para ejercer cuidados en el entorno familiar. En muchos casos se apela a la sensibilidad y la empatía del superior jerárquico, una estrategia válida -aunque poco garantista- ante la falta de unas medidas efectivas impuestas -una vez más- desde la propia administración. 

    Llegadas a este punto, cabe aclarar una circunstancia importante y propia -no exclusiva- de "el exterior": la existencia de una jerarquía indiscutible, férrea y -en buena medida- arisca, una organización del trabajo que posibilita comportamientos de abuso hacia el personal laboral teñidos de un patriarcado rancio que creíamos ya lejano. 

    Apenas hace dos meses que el Ministerio de Asuntos Exteriores -el ministerio con más personal en "el exterior"- aprobó el Protocolo de actuación frente al Acoso sexual y del acoso por razón de sexo y todavía no ha informado de ello al conjunto de su plantilla. Un documento, por cierto, para el que no ha contado con las aportaciones hechas por CCOO -ni por ningún otro sindicato- referidas, por ejemplo, a las insuficientes definiciones recogidas o a la garantía de un proceso justo que proteja a las víctimas de estos comportamientos. Ante este panorama, ni que decir tiene que la aprobación de un "Protocolo de actuación frente al acoso y la violencia contra las personas LGTBI+" no aparece en un horizonte cercano. A pesar de la importancia que un instrumento de estas características tendría en contextos hostiles a este colectivo, nos ha quedado claro que la administración solo dará un paso cuando sea obligada a ello. 

    Parece que de poco nos sirvió la "Guía de la Política Exterior Feminista: Impulsando la Igualdad en la Acción Exterior Española", anunciada a bombo y platillo en 2021 por la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. Cuatro años más tarde, el personal laboral en el exterior se encuentra reclamando temas ya recogidos en esta iniciativa actualizada en 2023:

    • Impulsar la aplicación de medidas que favorezcan la corresponsabilidad y la conciliación de la vida personal, familiar y laboral.
    • Prevención del acoso sexual o por razón de sexo y protección de víctimas de violencia machista. 
    • Formación y Sensibilización en temas de Igualdad.

    El compromiso de CCOO-Servicio Exterior con la igualdad es sólido e inquebrantable. En los últimos cuatro años, hemos visitado más de 100 centros de trabajo en países con realidades tan diversas como Irak, Etiopía, Pakistán, República Dominicana, Sudáfrica, Argentina, Uruguay, Costa Rica, Perú o Marruecos. Durante estas visitas, hemos organizado asambleas en las que hemos empoderado al personal y creado nuevas secciones sindicales de centro para brindar mayor asistencia y apoyo a los distintos colectivos. Al mismo tiempo, hemos dialogado directamente con los gestores para demandar cambios específicos y urgentes que impactan de manera significativa los derechos de nuestras compañeras.

    Cada una de estas visitas ha representado una valiosa oportunidad para visibilizar las desigualdades de género en nuestro entorno, denunciar prácticas discriminatorias y documentar las problemáticas que enfrentan las mujeres en el exterior, llevando estas denuncias de inmediato a los organismos responsables. No podemos obviar que las mujeres representan el 54,26% de nuestra afiliación, mientras que los hombres constituyen el 45,73%. Esta realidad refuerza la necesidad de seguir luchando por condiciones laborales justas y equitativas, garantizando que la igualdad no sea solo un principio, sino una práctica efectiva en cada centro de trabajo.

    Además, hemos promovido el empoderamiento de nuestras compañeras, enfatizando la importancia de denunciar cualquier vulneración de derechos y asegurando que esta Sección Sindical está a su lado, sin importar la dispersión geográfica, las diferencias culturales o la distancia que nos separe. Porque el feminismo nos ha enseñado que, solo estando AFILIADAS, JUNTAS y FUERTES, conseguiremos avanzar hacia la consecución de una igualdad real.