Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 19 abril 2024.

Construir una nueva identidad colectiva

    En estos tiempos tan convulsos, llenos de miedos por el futuro, de desconcierto, de violenta agresividad de las derechas que se consideran propietarias del Estado, se nos hace necesario hacer el ejercicio de repasar nuestra historia (no las leyendas ni otras elaboraciones idealistas), la historia elaborada con rigor científico. Nuestro pasado, y concretando, en nuestro siglo XIX, se conforman aspectos económicos, sociales, culturales y políticos del conjunto de nuestras Españas, y estos se ven reflejados en nuestra actual, compleja situación del siglo XXI.

    15/12/2022. Xavi Navarro - Responsable de Estudios y Cultura de FSC-CCOO
    manos

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    A lo largo del siglo XIX se producen diferentes tomas de poder, siempre basadas en alzamientos armados, de liberales varios y conservadores, guerras carlistas, etc. En todos estos procesos, el mundo de los desfavorecidos, de los comunes, del campesinado y obreros, siempre quedaba al margen de cualquier cambio, sus condiciones de vida seguían siendo las mismas, la explotación pervivió. A pesar de las diferencias políticas entre unos y otros, y aún más con el carlismo, el más que evidente clasismo de las diferentes opciones, dejaba a la gran mayoría fuera de este juego, máxime cuando no eran procesos arropados de amplios consensos sociales sino movimientos que buscaban más la toma del poder por vía armada (el carlismo y las guerras que provocó, merecen un análisis más profundo)

    En este marco, se produce, uno de las cuestiones más trascendentales, el abandono de lo educativo por parte de los diferentes gobiernos, quedando éste en manos de una iglesia con actitudes y posiciones profundamente conservadoras, y dejando en sus manos la conformación de una identidad nacional basada en el conservadurismo social, en leyendas míticas y una profunda manipulación del pasado. Se genera pues, una identidad nacional que excluye cualquier visión de avance social y de pluralidad. Tan solo es, en los períodos breves, del republicanismo, especialmente en la segunda república, que se inicia una importante e interesante disputa de valores ligados a derechos, con una presencia importante del mundo del trabajo, conformando de manera incipiente, una identidad nacional diametralmente opuesta, con derechos sociales y civiles, y por primera vez reconociendo derechos a las mujeres.

    La acción militar, con la colaboración de determinados sectores populares dirigidos por el carlismo y la más rancia iglesia católica en defensa de viejas relaciones e ideologías del antigua régimen, agredieron y actuaron contra la democracia la, república y por tanto contra todos los derechos y valores que se desarrollaban, y se realiza en defensa de su clasismo y decimonónica identidad nacional contrapuesta a todo lo que durante el periodo de la segunda república, se desarrollaba. La victoria de la reacción frente a la democracia, comportó el inicio de una brutal represión y el encumbramiento de los más rancios valores sociales y un clasismo exacerbado, y un fuerte nacionalcatolicismo. La dictadura fue larga, muy larga, y la lucha contra ella fue creciendo en intensidad, especialmente la movilización de la clase trabajadora , muy intensa desde 1976 en adelante, forzando cambios importantes como bien nos recuerda Nicolás Sartorius.

    La historia no se repite, puede tener algunos rasgos de similitud, pero las posiciones ideológicas de aquellos que se creen propietarios del país, no han variado tanto, en algunos casos casi nada o en todo caso le quieren dar un cierto toque de modernidad pero sigue subyaciendo el enorme y fiero clasismo y una retrógrada visión social.

    Ante ello, nos toca poner en valor lo que construimos socialmente, los derechos, los avances, los cambios, que se desarrollan, a veces con contradicciones y algún desacuerdo, pero avances en definitiva, que se materializan sumando voluntades políticas y sociales. Estos son los avances que hay que preservar cimentando una mayor democracia, desarrollando una discurso centrado en el combate por la igualdad, como bien plantea Daniel Bernabé: ”… el método por el que millones de personas optaron por ser protagonistas históricos no fue sólo la apelación a una democracia en abstracto, sino unir ese impulso a los derechos civiles y laborales, dar cuerpo concreto a una aspiración para hacerla inmediata. Si hoy se quiere frenar el intento de involución el método tiene que ser el mismo. La cuarta visión sobre la Constitución debe desarrollar un sistema igualitarista donde la factura de la luz no suponga un descalabro o comprar una casa sea una hazaña imposible. Sólo desde lo prosaico se construye lo glorioso, sólo desde lo urgente se da cuerpo a lo permanente “ (Cuatro posiciones en torno a la Constitución, cuatro maneras de entender el futuro. INFOLIBRE 6 DE DICIEMBRE 2022

    El sistema igualitarista que nos plantea Daniel Bernabé, es el marco, no solo político, teórico ,es también un planteamiento que nos liga emocionalmente con los valores republicanos, con todo aquello que la barbarie truncó. Nosotros representamos la identidad nacional que liga el combate diario y constante contra la desigualdad, la identidad, la pluralidad, la diversidad, las condiciones de vida, los derechos de las mujeres y pone el mundo del trabajo en primer plano; con la magnífica idea que ilustra la portada del libro de Raymond Willians “Cultura y política clase, escritura y socialismo. Ed Lengua de trapo “: Lo verdaderamente radical es hacer la esperanza posible, no la desesperación convincente“.

    Nuestro combate es un trabajo cotidiano por hacer posible que nadie se sienta excluido de la democracia y pueda palpar que tiene derechos de ciudadanía y hacer posible que la visión de la constitución que comentamos, se conforme como la identidad nacional o si preferimos, colectiva, en la que nos sentimos reconocidas y reconocidos.