Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 29 marzo 2024.

Crónica de un incendio (lamentablemente) anunciado

    El fuego de Sierra Bermeja (Málaga) evidencia, una vez más, la obligación de entender la prevención, la extinción de incendios y el apoyo a las contingencias en el medio rural como un servicio público esencial.

    09/06/2022. Isidra Baudes, secretaria de Medioambiente, Igualdad y Movimientos Sociales de FSC-CCOO
    Unos bomberos extinguiendo un incendio

    Unos bomberos extinguiendo un incendio

    Ha vuelto a ocurrir. Leíamos este miércoles en El País: “Un incendio en la provincia de Málaga obliga a desalojar a más de 2.500 personas en Benahavís. Tres bomberos han resultado heridos en el fuego iniciado en Sierra Bermeja, la zona donde ardieron 10.000 hectáreas en septiembre de 2021” 

    Lo anticipaba nuestro compañero y secretario de Política Institucional de FSC-CCOO, Francis Cabezos, en un artículo de opinión el pasado 14 de marzo de 2022 a propósito de la Ley del Estatuto Básico de Bomberos y Bomberas Forestales: 

    “Dentro de un par de meses, quizás tres, volveremos a prestar atención a los incendios forestales. Los medios de comunicación comenzarán a ofrecernos alguna que otra noticia sobre un fuego en tal sitio que ha quemado tantos metros cuadrados, saldrán imágenes de un helicóptero echando agua sobre un frente de llamas, se verán vehículos de extinción con las luces azules circulando por pistas forestales y carreteras secundarias de los que se bajarán unos bomberos que, con herramientas y mangueras, y se pelearán con el fuego (…)”.

    La realidad es tozuda y la falta de previsión de personal para evitar en la medida de lo posible que los incendios forestales consuman nuestro patrimonio natural y el abandono de nuestra masa forestal nos van a enfrentar con noticias como esta durante lo que resta de año. Comenzamos el año 2022 con cerca de un centenar de incendios en Asturias, y Galicia tampoco se escapó de fuegos que en muchos casos consiguieron aplacarse gracias a la lluvia. Pero cada vez llueve menos, y desde el área de Medio Ambiente de CCOO llevamos varios años señalando la importancia del empleo, la labor de las trabajadoras y trabajadores que participan en los servicios de prevención y extinción del fuego y la necesidad de una política preventiva a nivel estatal y con empleo público.Durante este fin de semana afrontamos en nuestro país una nueva ola de calor, con alto riesgo de incendio en varias comunidades, donde la llamada “regla del 30’ (temperatura ambiente igual o superior a los 30 grados, rachas de viento del orden o superiores a 30 kilómetros por hora y una humedad relativa del aire inferior al 30%) puede ayudar a que se desencadenen grandes incendios forestales (GIE) de sexta generación: incendios más rápidos y agresivos en los que el fuego puede superar una velocidad de 4.000 hectáreas por hora, entre seis y 12 veces la velocidad de un incendio normal. 

    El desencadenado en septiembre de 2021, también en la Sierra Bermeja, fue considerado de sexta generación y obligó a desalojar a más de 3.000 personas, murió un bombero forestal, se calcinaron unas 10.000 hectáreas y tardó 46 días en darse por extinguido. No sabemos el número de animales que murieron en el incendio. El impacto de estos grandes incendios sobre la ciudadanía y el paisanaje obligan a entender la prevención, extinción de incendios y apoyo a las contingencias en el medio rural como un servicio público esencial. Sin embargo, y a pesar del alto consenso científico, las distintas administraciones públicas responsables siguen contemplando prioritario intervenir en la extinción únicamente durante la temporada estival, campaña de peligro alto o máximo riesgo. 

    Desde la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO (FSC-CCOO) tenemos claro desde hace años que todos los colectivos que participan en la preservación del medio ambiente y la minimización de daños contra la salud pública y nuestros recursos naturales: agentes forestales y medioambientales, servicios de prevención y extinción de incendios y bomberas/os forestales se enfrentan a una amalgama de criterios de contratación, condiciones laborales, formación, retribuciones y horarios de trabajo. 

    Urge especialmente, y así lo demandamos desde CCOO, la aprobación de un Estatuto de Bomberas y Bomberos Forestales que, en el marco del Sistema Nacional de Protección Civil, acabe con la desregularización estatal y acote la precariedad que sufre el colectivo, dotando a nuestros montes del cuidado y la protección necesarias ante las emergencias climáticas, lo que posibilitaría frenar la despoblación que sufren nuestro medio natural y el mundo rural, y acabe con la lacra de lo que denominamos la “España vaciada”.

    Este compromiso está recogido en el acuerdo de gobernabilidad suscrito entre el PSOE y Unidas Podemos y no puede imponerse el modelo que preconizan algunas comunidades autónomas como la de Castilla y León, basado en la precariedad laboral y la privatización de servicios esenciales para la ciudadanía y la protección de nuestros bosques.

    La necesidad perentoria de contar con normas básicas es muy patente y ha puesto de acuerdo a las organizaciones sindicales que representan a los distintos colectivos porque la protección y defensa del medio ambiente en su conjunto no entiende de barreras administrativas.

    Nuestra sociedad enfrenta grandes retos en lo ambiental, destacando como elementos más importantes el cambio climático, la lucha contra la desertificación, la pérdida de biodiversidad y la explotación abusiva de los recursos naturales. España, con 28 millones de hectáreas -es el segundo país de la Unión Europea en superficie forestal- lo que ofrece posibilidades de aprovechar este recurso natural y potenciar el desarrollo sostenible, así como la oportunidad de creación y mantenimiento de empleo digno y de calidad. 

    El proceso de transición ecológica que nos corresponde abordar representa una oportunidad para el desarrollo rural. Para ello, es ineludible poner en marcha sin más dilación, políticas de adaptación de nuestros montes y terrenos forestales al cambio climático, llevando a cabo a su vez actuaciones preventivas de incendios continuadas a lo largo de todo el año, con objetivos a largo plazo. 

    La Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO apuesta por un modelo público de prevención y extinción de incendios forestales que garantice unas condiciones de trabajo dignas y la mejor protección de nuestros recursos naturales con la menor pérdida posible de vidas (humanas, vegetales y animales).