Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 27 abril 2024.

Vamos a seguir poniendo los cuidados de la vida en el centro

    El reto de no volver al mismo y lamentable mundo capitalista y heteropatriarcal de siempre es enorme y hemos de luchar contra ello para no dar ni un paso atrás.

    08/06/2020.
    ¡Ni un paso atrás en igualdad!

    ¡Ni un paso atrás en igualdad!

    Durante los días duros de la pandemia, la salud y la propia supervivencia ha sido el eje en torno al cual ha girado el discurso dominante. Había un consenso en torno a la importancia de seguir las indicaciones del personal sanitario experto. Las cifras de contagios en España y el mundo - especialmente de China, Italia y EEUU- y del número de muertes, con ranking incluido, nos llegaban a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Sin embargo, aún no hemos llegado a conseguir que el virus deje de causar muertes y de que las personas nos contagiemos para iniciar la desescalada y ya la salud y la supervivencia han salido del foco.

    El mensaje central ahora está en las terrazas, los y las turistas, en cómo se van a desinfectar los hoteles y en hacernos sentir fatal si aún no tenemos programadas las vacaciones. El turismo de proximidad y rural luce plenamente, sin pensar que en gran parte de lo rural las carencias asistenciales de los servicios públicos son enormes y que un contagio complicaría mucho la vida de las personas que allí viven. Se recalifica el suelo en varias comunidades para hacerlo urbanizable y se habla de ayudas a la automoción. Vuelta a las viejas soluciones.

    No hemos acabado de salir de la crisis del 2008 y la nueva crisis, que parecía que nos había enseñado algo, no ha hecho sino agudizar los aspectos economicistas y productivistas de siempre. Las fases nos devuelven de lo que parece una pesadilla -el confinamiento durante el Covid-19- a la vida real que es la del capitalismo global. En menos de 15 días hemos olvidado los mensajes reiterados de que “esta crisis nos haría mejores” porque nos habíamos dado cuenta de lo que era verdaderamente importante. Se puso la sostenibilidad de la vida en el centro y se reconoció el valor de los cuidados, algunos remunerados y otros no. Unos cuidados que se estaban desarrollando hasta la extenuación desde el personal de los hospitales -medicxs, enfermeras, camillerxs, personal de la cocina y las ambulancias, limpiadoras y limpiadores, etc.- y otros que pasaron a ser muy visibles por su ausencia -el cierre de colegios, centros de día, etc.-. Se reconoció el valor de determinados trabajos vitales y muy poco valorados y retribuidos salarialmente. Mucho de este trabajo lo estaban realizando mujeres en los centros sanitarios, pero también las cajeras, las limpiadoras, las comerciantas, cuidadoras de residencias, etc. Y algunos fueron capaces de ver que en casa, la ropa no se coloca ella sola en el almario, es decir, que muchos hombres comprobaron que en los hogares hay gran cantidad de trabajo que nunca han hecho porque los calzoncillos sucios hay que lavarlos, tenderlos, recogerlos, doblarlos y colocarlos en el armario.

    Parecía que en los hogares “bien avenidos”, porque en algunos hay violencia y conflictos importantes, los hombres se habían dado cuenta de que había mucho trabajo. Sin embargo, aunque parece que se habían hecho conscientes del enorme trabajo doméstico, no parece que lo hayan asumido. En el estudio de Libertad González y Cristina Farré, de la Universidad de Barcelona, se demuestra que, de todo el trabajo doméstico, los hombres solo se han ocupado de la compra. ¡Ojo que el estudio se hizo cuando solo se podía salir de casa a la compra y poco más!

    Los anuncios institucionales, comerciales y hasta los de los bancos apelaban a la importancia de los cuidados y se valoraba esa capacidad de los hogares de cuidar de la vida y servir de oficinas, colegios, gimnasios, parques y zonas de ocio y recreo…. Se valoraban los cuidados y la sostenibilidad de la vida diaria. Algo de lo que en una proporción enorme se ocupaban las mujeres, con la sobresaturación que esto supone para ellas, su salud y sus cuerpos.

    ¿Y ahora? Hemos pasamos de fase y es como si esos mensajes de valía del trabajo de cuidado, que históricamente hemos hecho las mujeres, se hubieran borrado sin dejar huella alguna. El productivismo y la mercantilización de la vida se ha vuelto a recuperar y lo importante es que la economía de sol y playa funcione sin reparar en que puede y debe haber una economía de los cuidados que cuide más del medio ambiente y de la vida de las personas.

    El reto de no volver al mismo y lamentable mundo capitalista y heteropatriarcal de siempre es enorme, pero desde FSC-CCOO nosotras y nosotros vamos a seguir profundizando en la valoración de los cuidados porque no estamos dispuestas a dar NI UN PASO ATRÁS.