Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 21 mayo 2025.

Una mujer en lucha

    Entrevista a Cristina Fallarás Sánchez, realizada por Begoña Marugán Pintos, adjunta de la Secretaría de las Mujeres de FSC-CCOO.

    22/11/2019.
    Cristina Fallarás Sánchez. Foto de Isidre García Puntí

    Cristina Fallarás Sánchez. Foto de Isidre García Puntí

    Todo el mundo, aparentemente, conoce a Cristina Fallarás, pero ¿quién es Cristina Fallarás?

    Soy una mujer en lucha contra aquello que considera que es injusto y lo más injusto en esta sociedad es la violencia, la violencia contra las mujeres y la violencia contra los más desfavorecidos y desfavorecidas en general, es decir, hemos creado una sociedad que, como capitalista y sociedad de consumo, es una sociedad profundamente violenta contra la mayoría y si coges la mayoría además es profundamente violenta contra otras sociedades a las cuales hemos esquilmado y en la base de eso está el consumo, entonces soy una mujer en lucha contra el consumo como método de vida.

    Te defines, ¿como novelista, como periodista, como novelista-periodista-feminista, como qué de todo, o como todo?

    Como escritora y activista. Escribo novelas, escribo ensayo, escribo artículos,... Ya no se si soy periodista, porque no sé lo que es el periodismo actualmente. Hoy en día hay un periodismo acrítico, hay una represión económica contra cualquier periodista que quiere disentir y son correa de transmisión del poder.

    Yo me dedico a escribir y además soy activista y me defino como activista porque creo que el término activista es más necesario que nunca. Somos hombres y mujeres que peleamos habitualmente y constantemente por que la sociedad cambie.

    Aunque se te conoce por tu activismo tienes una docena de libros publicados y has sido premiada como escritora ¿crees que el declararte feminista o activista, como tú dices, ha afectado a tu forma de escribir?

    Ha afectado a mi forma de escribir, por supuesto. Ha afectado mucho a cómo se me ve. Casi todo el mundo deja mi faceta de escritora porque digamos que les viene más cómodo, pero mis libros desde el principio han tenido un sesgo de crítica social.

    Prefieren verme como activista a como escritora, me parece curioso, ¿no? porque tampoco el activismo es cómodo, entonces...

    Responde a una manera de leer la realidad actualmente. Actualmente las redes sociales, que han traído cosas buenas y cosas malas, nos han llevado a un consumo de contenidos muy rápido, superficial y mucho más cómodo. Mi primera novela podría tener 300/400 páginas y en este momento me están pidiendo que sean muchísimas menos.

    En la novela en las niñas perdidas aparece la idea de la maternidad como estado angelical, ¿qué quieres decir con eso?

    Estoy en contra de la maternidad como estado angelical. Es una construcción brutal de la maternidad. Planteo ¿qué es una madre?, ¿qué es una buena madre?, ¿por qué a una madre, por qué una madre es susceptible de que le quiten a sus hijos, por ser alcohólica cuando la mitad de los hombres de este país son alcohólicos y no les quitan a sus hijos? Es decir ¿qué exigimos a una madre? y ¿por qué se lo exigimos?

    No gustó nada eso.

    Es romper la imagen de la maternidad.

    Claro. Además durante toda la novela yo explico cómo matar animales. Por ejemplo hay un párrafo pequeño de “instrucciones para matar a un hámster o a un pez” muy cruelmente. Pensé: voy a enfrentar a la gente a la crueldad y a la barbarie. ¿Por qué estos actos sacuden a la sociedad y sin embargo lo que estamos viviendo habitualmente que es la trata de niñas, la trata de mujeres, el asesinato de mujeres y la tortura habitual no lo hace, cuando en España se calcula que 600.000 mujeres son torturadas habitualmente por sus parejas?. Eso es una barbaridad y no nos conmueve.

    Otra de las cosas que has dicho es que lo de ser feminista te ha afectado también a ti personalmente, en tu vida personal.

    Por supuesto, me ha hecho mucho más fuerte. Me ha hecho mejor como madre. Yo tengo una hija que va a cumplir 11 y otro de 17 y el hilo de comunicación con ellos ha sido a través del feminismo. Con el feminismo he encontrado una razón para que las cosas sean de una forma, es decir una manera de comunicar qué es lo justo y por qué cosas hay que luchar.

    Pensaba que te habrían repercutido de forma negativa,...

    No. Me han repercutido en todo de forma positiva porque todos somos seres políticos y yo insisto mucho en que el feminismo no es un movimiento social sino un movimiento político, entonces yo soy marxista, he tenido muy difícil representación en este país en tanto marxista, en este país de una izquierda confusa y difusa y en cambio el feminismo me ha prestado un espacio político, tremendamente político que a la vez es universal y solidario que es lo que a mi me interesaba. Cualquier mujer del mundo prácticamente, entiende mis razones, tiene algunas razones parecidas, cualquiera está dispuesta en su pequeño momento o en su enorme vida a luchar por ellas y además a solidarizarse con aquellas que luchan.

    ¿Entiendes el feminismo como una especie de elemento superador del marxismo?

    Sí, sí, exactamente eso, es decir, es un paso más. Yo exijo del marxismo o de los partidos que se reclaman marxistas o de izquierdas, teniendo en cuenta que el PSOE no es de izquierdas, un compromiso con el feminismo, con la ecología, con la deriva migratoria. Sin esos compromisos no se puede ser marxista.

    ¿Tú crees que en este momento que el feminismo es un tema de moda?

    Sí. Tiene una parte de moda que hace que Ana Patricia Botín diga que es feminista, cuando es una mierda de feminista. Tiene una parte de moda cuando los periódicos de repente sacan una sección que se llama microfeminismos o una sección que se llama micromachismos o una sección que se llama feminismo y mujer, hasta el punto que la agencia EFE tiene una sección que se llama e-feminismo. Eso responde a una moda ¿Por qué? Porque si eres feminista no puedes ser porque la mujer es el objeto sobre el cual se producen todas las represiones.

    Y este feminismo que tú dices anticapitalista ¿sería este feminismo incómodo?

    Bueno, el feminismo es incómodo de todas, todas. Es decir, el feminismo pone en cuestión la base absoluta de nuestra sociedad: la familia, el consumo y el capital. El manejo del capital y la institución de la familia son impensables y hay que agitarlos y ponerlos en crisis desde el punto de vista feminista.

    ¿Qué papel están jugando los medios de comunicación y las redes sociales?

    Las redes sociales han jugado y están jugando un papel extraordinario. Tu fíjate: cuando yo lancé “cuéntalo” en los primeros diez días, tres millones de mujeres respondieron, tres millones en 10 días. Esas tres millones de mujeres no se habían callado, porque no querían contarlo, y se les había prohibido contarlo. ¿Quién había prohibido contarlo? los medios de comunicación porque son machos. Hay una construcción capitalista machista ligada a la industria, al poder financiero y a la iglesia católica.

    ¿Qué pasa con las redes sociales? que no requieren inversión de capital, y que como las mujeres no manejamos capital, en la inmensísima mayoría, entonces de repente aparecen unos medios de comunicación de masas porque en las redes las mujeres vemos un lugar donde explotar y donde narrar todo aquello que no nos han dejado narrar los medios de comunicación tradicionales, y gracias a eso aparece el #MeToo, el #Cuéntalo. Gracias a eso explota el fenómeno de la manada y todo lo ponemos en cuestión: las instituciones políticas, los medios de comunicación, las radios, las televisiones, el cine, la historio-grafía, la Academia.

    Has hablado del “cuéntalo”, ¿por qué creaste el #Cuéntalo?

    Porque sentí que no nos creían y sentí que no nos creían porque no lo habíamos contado y no lo habíamos contado porque nos habían impedido, como te acabo de decir, contarlo. Entonces pensé, el problema no es ese, el problema no es que los jueces sean malos, al respecto de la manada, el problema no es que los políticos sean malos, el problema es que nos han impedido hablar, entonces contándolo, si somos muchas, será imparable, innegable nuestro dolor y toda la tortura que vivimos y hemos vivido, entonces pensé bueno, a ver cuántas responden... y claro el alud fue brutal. Es decir, fue una avalancha que ni me la esperaba, fue una barbaridad. Tú fíjate, en la primera semana en 16 países fue trending topic, fue lo más comentado, generó manifestaciones en países latinoamericanos, fue una barbaridad. ¿Por qué?, porque efectivamente teníamos que contarlo, no lo habíamos contado y entonces qué pasa cuando lo contamos, y no estaba contado y ya está contado. Primero la conmoción, la conmoción de la sociedad y la conmoción de los machos sobre todo, ¡Ohhh!, como no nos habíamos dado cuenta... ¡Ay, ay, ay!, el segundo paso es, bueno, pero yo no lo hago, ¿eh?, lo hacen los demás, yo no. Lo cual es una basura, pero el tercer paso es, vale, si ahora no lo crees es porque decides no creerlo, si ahora no lo ves, es porque decides no verlo, y entonces lo que hacemos es crear la evidencia de que, no es que no lo sepan, sino que deciden no saberlo y eso es una decisión activa y ahí hay una nueva forma de violencia.

    ¿Tiene algo que ver contigo? ¿O esto lo haces por el resto de las mujeres?

    No, no, esto lo hago porque cuando vi la sentencia de la manada, quise entender por qué pasaba.

    O sea, el detonante fue la sentencia.

    Sí, la primera sentencia de la manada y de repente pensé: ¿cómo es posible que una mujer diga me han hecho esto. Que haya unas pruebas gráficas y que tres personas, dos hombres y una mujer decidan no verlo? Los hechos probados en el auto describían evidentemente una violación, con penetraciones... etc... Oye y esa gente decidió no verlo, no creerlo,... y pensé: tenemos que contarlo todas porque es que todas hemos sufrido algún tipo de violencia y por eso lo hice. Fue activismo puro.

    Y el resultado ha sido este libro. ¿Qué tratas de hacer con el libro?

    El libro cuenta qué significa “Cuéntalo”. Primero cuenta por qué sale y luego por qué son imprescindibles los mecanismos de identificación. En España tenemos la tradición, la violencia de género, la memoria histórica, la prima de riesgo. Son abstracciones para tapar a las personas. Es muy fácil decir yo estoy en contra de la violencia machista, ahora si yo digo: “Hola, me llamo Cristina Fallarás y un político me mandó la foto de su pene cuando yo trabajaba en el Mundo”. Todas las mujeres a las que en el trabajo las han acosado, todas las mujeres a las que el jefe les ha hecho algo, todas las mujeres a las que alguien ha mandado la foto de su pene, todas las mujeres, etc... se identifican con mi lucha.

    En “cuéntalo” de las frases más repetidas eran: “creía que sólo me había pasado a mi”, “es la primera vez que lo cuento” y otra “creía que eso no era maltrato”.

    #Cuéntalo” crea mecanismos de identificación. Ya es muy difícil que a una joven le pase algo y no sepa que es maltrato. Que le manden una foto de una polla un político y no lo denuncie porque ya está narrado eso. Por un lado genera mecanismos de identificación para que otras mujeres participen y por otro lado genera una memoria colectiva que no existía y que se ha ido construyendo con distintos relatos.

    Y ¿qué esperas?

    Yo no sólo lo espero sino que lo sé. Sé que las generaciones que vienen de mujeres van a enfrentar al machismo y a la violencia con una fuerza que no teníamos nosotras cuando éramos jóvenes. Yo recuerdo cuando era muy joven en Nou Barri (Barcelona) que iba a las manifestaciones de feministas y yo tenía 20, pero es que el resto de las mujeres tenían más de 50 o 60 y ahora voy a una manifestación y la inmensa mayoría son chavalas jóvenes. Eso me da una esperanza brutal, porque eso a la vez educará a sus parejas hombres y educará a sus parejas mujeres si no lo son y creará y modificará la sociedad. Otra cosa es que se impongan medidas y políticas represivas contra ello que ya las estamos viendo, que se impondrán y la respuesta va a ser salvaje.

    ¿Qué quieres decir con que la respuesta va a ser salvaje?

    La respuesta a los pasos que hemos dado nosotras será una reacción por parte del poder porque hemos cuestionado el poder y sus bases. Pero aunque sea salvaje la reacción, la semilla en dos generaciones ya está puesta. No hay vuelta atrás.

    Una de las cosas que tú has vivido por tu propio activismo ha sido el acoso en redes sociales.

    A lo bestia. Yo ya no puedo leer twitter porque recibo más de un insulto por minuto.

    ¿Pero no se hace nada?

    No, no se hace nada, pero yo he recibido amenazas de muerte y no ha pasado nada, mis hijos han recibido amenazas de muerte.
    Una parte de la policía puso en funcionamiento la idea de que yo era etarra y pro-etarra. Yo les dije: esto se llama señalamiento y me va a llover el horror. A partir de entonces el acoso fue brutal y llegaron las amenazas de muerte. Me han empujado por la calle, me han escupido, me han... y en redes, es brutal. Ojo, porque lo que pasa en las redes salta a la calle, y cuanto más reconocimiento público hay, mucho más bestias son los ataques. He sabido abstraerme, es decir, yo ya no leo Twitter, no tengo ni idea de lo que me escriben, yo cuento lo que cuento y no miro las respuestas, no, porque las respuestas son abrumadoras.

    Una de las cosas que he visto también es que has recibido premios por las buenas prácticas en la comunicación no sexista. ¿Nos puedes decir alguna cosa para no reproducir el sexismo o al menos para intentar minimizarlo?

    No sé, es... creo que es situar a las mujeres como un grupo sobre el cual incide la discriminación, las desigualdades, las violencias, es decir, es imprescindible señalar cuando decimos: hay X pobreza, hay X paro. Si pero… es imprescindible señalar que cuando hablamos de desastres, violencias, etc., son mujeres las que lo sufren. Y luego pone en evidencia constantemente, no sólo la clase política sino judicial. Creo que uno de los grandes problemas que tiene esta sociedad es que la justicia no funciona y dentro de esta sociedad quienes más problemas tienen son las mujeres.

    ¿Y alguna recomendación sobre el tema del acoso sexual en el trabajo?

    Es mejor el paro y exponerte a una venganza que quedarte callada. Lo primero que hay que hacer es acudir a un grupo, sea un sindicato, sea un grupo de apoyo y poner en evidencia a aquel hombre que te acosa o que te agrede, sea compañero, sea jefe, o sea un inferior, me da igual. Es imprescindible narrarlo, en grupos o públicamente y es imprescindible narrarlo con nombres y apellidos. A mí cuando me echaron embarazada de 8 meses, imagínate, yo publiqué inmediatamente el nombre del director de consejo de administración y durante años cada vez que mi hija cumplía un año.

    Eso es en ADN, cuando estabas en ADN, ¿no?

    Grupo Planeta, exactamente. Y lo hice porque cualquier cosa que puedan hacerme es menor de lo que estoy sufriendo. Eso tiene que ser básico, porque te educan pensando que con tal de mantener el puesto de trabajo, todo vale, que el empleador te hace un favor dándote un trabajo. No, ¡oiga usted! El favor se lo hago yo a usted que le genero beneficios y no me quedo nada, ¿sabe?. Ese tipo de creación de atmósfera en el caso de las mujeres, presuponen que tú te vas a callar en caso de acoso.

    Ese es un trabajo importante que hay que hacer en los centros de trabajo

    Sí, sí, pero ahí yo creo que hay una labor de nuevo de activismo, porque de la misma forma que ni la policía, ni los juzgados van a hacerlo bien, el activismo, el señalamiento, el retrato de las personas que han participado, etc., es imprescindible. Yo señalo a la gente con nombres y apellidos y animo a las mujeres a que si alguien les ha acosado o si les ha faltado el respeto en el trabajo o se han sentido discriminadas, humilladas por el hecho de ser mujeres en el trabajo, denuncien con nombres y apellidos a aquel que lo ha hecho. Básicamente primero porque no lo volverá a hacer, y segundo porque en su entorno, ya no se va a exponer a que den su nombre y apellidos.