Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 19 abril 2024.

Más de 1.000 mujeres asesinadas, más de 1.000 mujeres muertas

    Más allá de la fría cifra, pone ante los ojos de la sociedad de forma clara e irrefutable la voracidad de una lacra social que antes y después ya había segado y seguiría segando muchas vidas.

    18/06/2020.
    #NoSeasComplice

    #NoSeasComplice

    "Rompe el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres no te quedes de brazos cruzados. Actúa".

    Ban Ki-moon, exsecretario general de la ONU

    Esta semana el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder ha realizado un informe sobre los 1.000 primeros casos de víctimas de asesinatos por violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja, desde enero de 2003, año en que se empezó a contabilizarse a las mujeres asesinadas por los machistas, a mayo de 2019, cuando se produjo el asesinato número 1.000 en nuestro país.

    En el propio informe, se dice que se “cuantifica el sufrimiento de esas mujeres entre dos fechas concretas pero, más allá de la fría cifra, pone ante los ojos de la sociedad de forma clara e irrefutable la voracidad de una lacra social que antes y después ya había segado y seguiría segando muchas vidas”.

    Es imprescindible recordar de forma literal para quienes tergiversan y mienten sobre la violencia machista que sufren las mujeres las propias conclusiones del informe. El estudio, para cuya elaboración se ha utilizado información objetiva contenida en los expedientes judiciales, constata la existencia de elementos y situaciones comunes en todos los crímenes examinados, lo que permite detectar con claridad los elementos característicos de estos crímenes así como las circunstancias de riesgo para las mujeres que sufren situaciones de malos tratos a manos de su pareja o expareja. Del examen de los mil casos se puede concluir que la violencia de género en el ámbito de la pareja o expareja es un fenómeno que afecta a mujeres de todos los ámbitos y orígenes, sea cual sea la clase social, nacionalidad, grupo étnico, edad, nivel de estudios, etcétera.

    La maldad de los hombres que matan a las mujeres por el hecho de serlo, por considerarse superiores, en posesión de la verdad absoluta, deja patente que el machismo también existe en España, donde el 62 por ciento de los asesinos son españoles y el resto, extranjeros.

    Aclara que sigue habiendo muchas denuncias, solo hay que leerlo para comprobar la magnitud de la tragedia que seguimos viviendo por los asesinatos de las mujeres en crímenes machistas, que sigue elevándose: a día de hoy son ya 1.054 víctimas mortales desde 2013.

    Es necesario identificar el problema para poder eliminarlo. Por tanto, es imprescindible y muy necesario reconocer que la violencia de género existe, que los machistas se entienden y quienes consienten de manera continuada y perpetúan estas conductas también son machistas.

    Es muy importante no mentir para ocultarlo o esconderlo con otro nombre o diagnosticar conductas exóticas para no querer decir que es violencia de género, especialmente si se forma parte de quienes tienen el deber y la obligación de eliminarlo.

    No todo vale y es intolerable que un presidente utilice eufemismos o circunloquios para esconder lo evidente, cuando su responsabilidad es precisamente proteger a esas mujeres o luchar por sus derechos.

    Hay mucho trabajo por hacer todavía, pero tenemos mucha información de lo que está ocurriendo. Es imprescindible ayudar a nuestras compañeras a poner medios también en la negociación colectiva y quien no lo vea o no quiera hacerlo no debe ser representante de nuestra organización FSC-CCOO en ninguna negociación, independientemente del tamaño de esta, porque son ya más de 1.000 mujeres asesinadas, más de 1.000 mujeres muertas.

    Quien no defiende la igualdad no está en contra de la violencia de género, no negocia por mejorar los derechos de las mujeres, consiente de manera continuada y perpetúa estas conductas, no es de CCOO. Es, lamentablemente, un machista.