Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 20 abril 2024.

Las mujeres, claves para la nueva sociedad

    La igualdad entre mujeres y hombres es un pilar esencial de nuestra sociedad, no solo en España, sino en el marco de la UE, tal como se ha señalado en la Estrategia de Igualdad de Género 2020-2025 de la Comisión Europea que fue publicado días antes del 8 de marzo.

    18/06/2020. Pepe Fernández Rodríguez, secretario general de FSC-CCOO
    #ServiciosPúblicosSonVida

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    La crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia del COVID-19, puede tener efectos devastadores sobre las necesidades y las políticas sobre mujeres que se apliquen por los diferentes gobiernos y ser las más perjudicadas por las crisis que se han instalado en las sociedades y que está azotando con especial virulencia a la sociedad española.

    FSC-CCOO ya ha venido advirtiendo que las mujeres son un sujeto social y político de primer orden, necesario para avanzar en una sociedad más justa y diferente, una sociedad que maneje otros valores y tenga rasgos solidarios, transformadores y que sean un motor de cambio sobre la vieja sociedad que no es capaz de dar respuestas a las nuevas exigencias y enfoques para hacer un planeta equilibrado, sostenible, democrático y con un reparto justo de las cargas y de la riqueza.

    Millones de mujeres y hombres nos movilizamos, comprometemos y militamos por una economía diferente en la que prime la igualdad de género, sin violencia machista, sin condicionantes de educación, lugar de nacimiento, solidaria e inclusiva.

    Todo el camino recorrido no puede verse frustrado o detenido brutalmente por una pandemia y sus proyecciones, que los sectores conservadores y oligárquicos quieren instrumentalizar para lapidar derechos sociales, políticos y aquellas luchas que cuestionan el sistema injusto de un capitalismo voraz y desequilibrado, como ha venido haciendo el feminismo a lo largo de los últimos años, colocando en cuestión la correlación de fuerzas establecida y exigiendo un papel masivo de presencia de las mujeres, de identidad propia y de contenidos alternativos frente al conformismo circundante que mantiene la brecha de género como una seña de identidad o que sigue reservando a las mujeres los peores empleos, los más precarios e impide que existan proyectos de vida personal y emocional adecuados a los derechos que tenemos como ciudadanía.

    Hoy con una afectación escalofriante de fallecimientos y personas enfermas en nuestro país y en todo el mundo, la mujeres vuelven a ser colocadas en un segundo plano, se las invoca como garantes de cuidados, se corre el riesgo que se las desproteja de la violencia de género, pierden visibilidad y lo que es insoportable, empiezan a ser olvidadas todas las políticas que se han ido levantando durante años para lograr avances en la igualdad entre mujeres y hombres.

    En el debate político y social que estamos viviendo, incluso en el sociolaboral, se habla de la reconstrucción de la sociedad, de relanzar la economía, de actuar sobre los grandes ejes que tienen que hacer frente a los efectos sobre el empleo y la vida de las personas que está provocando la pandemia, pero son pocas las voces que insisten, proponen o hablan de seguir adelante con las políticas de igualdad, de trazar una política concreta para que las mujeres no queden relegadas a otras prioridades que habitualmente van a marcar los hombres.

    Aspiramos a reconstruir la sociedad y mejorarla, con servicios públicos suficientes, bien financiados, con más derechos y con políticas claras y audaces de avance hacia la plena igualdad entre mujeres y hombres, rompiendo la brecha de género, sin diluir las reivindicaciones de más de la mitad de la población bajo señuelos y grandilocuentes discursos que esconden al adversario de la igualdad y la clase.

    El sindicato tiene muchos retos por delante, está siendo un agente dinamizador de la lucha contra la crisis y de las propuestas para superarla, también estará a la altura de su responsabilidad histórica con las mujeres en un tiempo de propuesta, movilización y construcción de una nueva sociedad, con las mujeres protagonistas en pie de igualdad, sin la subalternidad e invisibilización que el capital y los conservadores quieren imponer.