Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 20 abril 2024.

Igualdad en el Sector de Medios de Comunicación, Artes, Cultura, Ocio y Deporte

    La diversidad de áreas que conforman nuestro sector hace a priori muy difícil generalizar sin entrar en las especificidades de cada subsector. No obstante, y según las cifras oficiales, podemos decir que, en términos de empleo, las mujeres representan en torno al 45,5% de nuestra población trabajadora, por lo que la presencia de mujeres en estas actividades se encontraría por encima de la media. Sin embargo, si analizamos condiciones laborales en lo que respecta a temporalidad o parcialidad en la contratación, también nos encontramos con unos porcentajes muy superiores a la media de las actividades económicas, alcanzando en el caso de los contratos temporales casi a la mitad de la población asalariada. Estos dos factores, por desgracia siempre presentes cuando se trata de sectores feminizados, reflejan indiscutiblemente la precariedad y la falta de igualdad laboral en nuestras distintas actividades.

    02/03/2020. Cristina Bermejo Toro, secretaria general del Sector de Medios de Comunicación, Artes, Cultura, Ocio y Deporte de FSC-CCOO
    8M, ilustración de Laura Saz Almadán, Tribuna Violeta

    8M, ilustración de Laura Saz Almadán, Tribuna Violeta

    La brecha de género en materia salarial no se produce en tanto en cuanto se puedan presentar diferencias entre salarios base entre hombres y mujeres, Más bien, las desigualdades se marcan, sobre todo en los medios de comunicación, por la mayor adjudicación de pluses funcionales a los hombres para dar cobertura a la disponibilidad y flexibilidad horaria propia del medio, que requiere renunciar en muchas ocasiones a la conciliación de la vida personal y familiar. Esa misma renuncia condiciona alcanzar puestos directivos o de mayor responsabilidad, lo que acentúa el denominado “techo de cristal”. Buen ejemplo de ello es la prensa escrita, donde podemos encontrar numerosas directoras de revistas de moda, belleza o gastronomía pero solo conocemos a una directora entre los grandes periódicos nacionales. Asimismo, los sueldos más bajos se encuentran en las categorías más feminizadas (p.ej., peluquería y maquillaje, vestuario y atrezzo, en el caso de la tv y las artes escénicas). Esta brecha es también muy patente en el mundo del deporte profesional en el que los hombres salen mucho mejor parados que las mujeres, no sólo en cuanto a los salarios, sino en multitud de aspectos de su vida profesional. En este sector, así como en el de las artes escénicas, las mujeres se encuentran en la disyuntiva de seguir adelante con sus carreras o verlas terminadas por el simple hecho de ser madres o querer serlo. Este hecho nos parece muy grave y creemos necesario tomar medidas al respecto.

    Todos estos condicionantes han marcado la agenda de una serie de colectivos laborales técnicamente muy cualificados que, conscientes de su situación desigual frente a los hombres, han ido abanderando una lucha persistente contra la discriminación laboral y social. Así mujeres periodistas, actrices, técnicas del audiovisual o deportistas de primer nivel han comenzado a trabajar de forma coordinada en sus ámbitos para hacerse visibles y defender sus reivindicaciones de una manera notable. Las sucesivas convocatorias del 8 de marzo han sido el vehículo perfecto para ello, movilizando al sector de manera creciente en los últimos años. Sin ir más lejos, en el año 2019 se superó la convocatoria general de paros parciales yendo a una huelga de 24 horas específica en nuestro sector, que fue ampliamente secundada en los medios de comunicación, la cultura o el deporte. Las Periodistas Paramos, Mujeres RTVE o el impulso de las futbolistas profesionales para alcanzar su primer convenio colectivo, son algunos ejemplos de organización surgidos al albur del movimiento 8M.

    Esta corriente social se está traduciendo también en mejoras salariales y de condiciones a través de la negociación colectiva y los planes de igualdad. Gracias a estos últimos, que se han visto notablemente incrementados en el último año, también con la ayuda de la legislación y las obligaciones que conlleva, hombres y mujeres son cada vez más conscientes de las diferencias de género que existen en el seno de sus empresas, por lo que han comenzado a estudiar medidas para alcanzar la igualdad real en ellas. Ahora el reto es conseguir que esas medidas correctoras que hemos detectado sean de aplicación.