Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 20 abril 2024.

Los feminismos. Alianzas necesarias frente a la amenaza del fascismo

    El 8 de marzo de 2008 fue un hito en la historia de los feminismos. La demostración multitudinaria de desprecio a la discriminación, la explotación y la subordinación femenina en las manifestaciones de las plazas, los barrios y pueblos de nuestro País supuso un ejercicio de empoderamiento colectivo que aumentó la autoestima individual de todas y cada una de nosotras.

    23/01/2020. Begoña Marugán Pintos, adjunta de la Secretaría de las Mujeres de FSC-CCOO
    Los feminismos. Alianzas necesarias frente a la amenaza del fascismo

    Los feminismos. Alianzas necesarias frente a la amenaza del fascismo

    Las teorías y prácticas feministas que durante siglos habían sido intencionadamente menospreciadas y tergiversadas pasaron a obtener el renacimiento social y a situarse en lo políticamente correcto. Casi toda la ciudadanía se autoproclamaba feminista, aunque su conocimiento del feminismo fuera el mismo que cuando éste se despreciaba. Conceptualmente se había logrado equiparar feminismo con igualdad de derechos, lo cual era muy positivo.

    En este clima favorable parecía que unánimemente el machismo era una rémora a superar y que el avance hacia la igualdad se abriría camino fácilmente. El feminismo se iría implementando en todos los ámbitos y se conseguiría lo que los feminismos se proponen que no es otro que todas las personas vivan una vida plena. Hasta ahora, esta posibilidad no existía porque el patriarcado de coerción lo impedía mediante el uso de la violencia, pero no es esta la única forma en que poder se despliega. Una estrategia propia de los Estados modernos ha sido la conocida como la biopolítica. Mediante ella se busca regular lo normal, a lo que todas las personas se deben adaptar, a través de las instituciones.

    Esta estrategia es la que se está utilizando con los feminismos, no vale la acusación burda de que son lo mismo que el machismo, ahora se trata de que las distintas orientaciones políticas y teóricas del feminismo compitan entre ellas para implantar lo que significa ser una “buena feminista”. El avance de las mujeres y la igualdad de derechos de las mismas parece que puede quebrar un sistema basado en la dominación masculina, en el que una parte del trabajo (sobre todo de cuidados sobre el que se sustenta el mundo) no se paga y en el que el poder (en todos los ámbitos se reparte entre menos del 50% de la población). Desgraciadamente lo que ha servido durante siglos de contrapoder frente a la precariedad, de dominación, la explotación y la discriminación femeninas está sufriendo un duro golpe para su avance propiciado desde dentro en una pelea fratricida.

    Y mientras todo esto sucede, el fascismo emerge con toda su virulencia contra las mujeres y su lucha por la igualdad. Y se acusa a la perspectiva de género de ser una ideología con el fin de descalificarlo y de neutralizar su potencial analítico, negando las distintas situaciones sociales que viven los hombres y las mujeres en la sociedad. Borrar el género supone olvidar que las asesinadas en lo que la extrema derecha denomina “violencia intrafamiliar” son las mujeres.

    A estas alturas y frente a todos los enemigos que se le presentan a los feminismos no queda otra que recorrer conjuntamente el camino en las cuestiones que nos unen, recordando que el feminismo que apareció en los años sesenta en los países desarrollados partió de reconocer los derechos humanos y por tanto de extender el reconocimiento de esos derechos a las mujeres. “El movimiento feminista en última instancia y más allá de sus diversas orientaciones políticas y teóricas, es la extensión de ese código ético elemental de la Declaración de los Derechos Humano a todos los seres humanos” (De Berbieri,1993:146) y se hace hoy más necesario que nunca para que todas las personas viven una vida plena. Frente a la barbarie, la desigualad, el retroceso y la exclusión social el feminismo es la solución.