Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 29 marzo 2024.

#ArdeGalicia

Los incendios forestales se apagan desde el 1 de enero al 31 de diciembre

    16/10/2017. Francisco Javier Cabezos, secretario de Cordinación Sectorial FSC-CCOO
    Incendios forestales

    Incendios forestales

    Ya está bien.

    Este país no puede permitirse una planificación del medio rural y forestal que brilla por su ausencia. No podemos permitirnos perder montes y terrenos forestales año tras año y que asistamos casi impasibles como sociedad, por no mentar a los poderes públicos, a esta calamidad que se convierte en noticia los veranos, cada vez más largos por cierto debido a que el calentamiento global ya es un ciudadano español más y va a condicionar toda nuestra realidad.

    4 víctimas mortales, trabajadores que han salvado la vida recurriendo a una campana de agua y solo han sufrido intoxicación por inhalación de humo tóxico, miles de hectáreas arrasadas por las llamas, luego vendrán los problemas de pérdida de suelo vegetal y arrastre de cenizas a las cuencas, aldeas desalojadas, pueblos cercados por el fuego, lugares únicos a nivel mundial que están a un tris de perecer, edificaciones, viviendas, enseres, etc. en definitiva un panorama desolador.

    En este caso es el Norte dónde aún se espera, no ya el invierno, sino el otoño lluvioso que en las fechas en las que nos encontramos ya debería haber hecho acto de presencia. Pero es que ha ocurrido en todo el territorio del Estado con mayor o menor virulencia. Más de 70 mil hectáreas pasto de las llamas en uno de los peores años del último decenio ¿hasta cuándo?

    Me pueden llamar oportunista por elegir este día, no me importa, resulta cansado que muchas personas desde hace muchos años vengamos denunciando una realidad que parece resistirse a la visión de algunos, que vengamos reclamando planificación, ordenación de montes, prohibición de cambio de uso del suelo en terrenos incendiados, acotación al pastoreo en ellos, prohibición de cazar hasta recuperación de los mismos, operativos públicos de lucha contra incendios que estén activos todo el año realizando todas aquellas labores necesarias para, de un lado, la obtención de recursos de los que proveen los montes y de otro, preparar y adaptar a los terrenos forestales, investigación de las causas a través de las brigadas de investigación de los agentes forestales, persecución de los incendiarios, que se pongan sobre la mesa los conflictos de intereses sobre los usos de los montes, el asumir que los incendios no se apagan en verano aunque nos hagamos unas fotos con algunas auto-bombas recién adquiridas y nos gastemos un dineral en helicópteros a primeros de junio justo cuando decidimos que comienza la temporada alta de peligro de incendios. Preferimos que también se hagan las fotos con esas personas que en invierno están pasando frío desbrozando, podando, plantando, entresacando, arreglando cunetas, realizando áreas cortafuegos. Y para ellos es necesario construir bases que reunan las condiciones dignas para estar y no como hasta ahora en chamizos de madera y retamas. Y hágase no solo en los montes públicos sino también en los de propiedad privada, búsquense las formas, que haberlas haylas como las meigas, y siempre será mejor convencer, proveer de ayudas y líneas de financiación a los propietarios, y si con ello no fuera suficiente obligar a aquel que no quiera hacerlo, porque siempre es mejor actuar previamente que lamentarnos a posteriori por haber perdido la finca o el monte.

    Hay posibilidades de generar empleo y que el sector forestal forme parte de ese otro modelo de desarrollo que queremos y que necesitamos, hay obligación de mirar por ese 30% de población que vive en el 70% del territorio, debemos proveerles de oportunidades vitales, porque tienen derechos y entre ellos a los servios públicos que son nuestros, de todas y todos al menos aquellos que aún no han sido destruidos y entregados al mejor postor.