Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO | 29 marzo 2024.

“El trabajo, protagonista del cambio social”

    Extracto de la intervención de Javier Jiménez, secretario general de FSC-CCOO, en la clausura de las primeras jornadas Perspectiva celebradas en Barcelona del 27 al 29 septiembre de 2016.

    02/11/2016.

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    Ignacio Fernández Toxo, Montse Hidalgo y Javier Jiménez. Perspectiva, Barcelona. 27-29.9.2016

    Ignacio Fernández Toxo, Montse Hidalgo y Javier Jiménez. Perspectiva, Barcelona. 27-29.9.2016

    En primer lugar, me gustaría explicar qué sentido le queríamos dar a estos encuentros Perspectiva. Somos una organización federal con una identidad bien definida. Nos gusta decir que somos una federación de federaciones y, por lo tanto, nos pareció que era un buen momento para el proyecto Perspectiva, que está a punto de publicar su séptimo número, y ese es el motivo por el que hemos adoptado esa denominación.

    Teníamos el objetivo de poder escribir, poder pensar sobre cuestiones de fondo, menos urgentes. Y con esa concepción, a partir de una iniciativa de la Federación de Catalunya, decidimos convertir Perspectiva en una publicación de la Federación estatal, pero cuya dirección y su redacción está aquí, en Catalunya, y la editan compañeras y compañeros de FSC-CCOO Catalunya, en la que después, personas de distintas responsabilidades y de distintos ámbitos tanto de dentro del sindicato como de fuera, participan en su elaboración.

    Nos parecía que llevábamos tiempo también pensando construir un espacio que atendiera también al objetivo con el que nació la iniciativa de Perspectiva: reflexionar sobre algunas de las cuestiones que no son ni urgentes ni cotidianas.

    Por lo tanto, en vez de hacer un formato tradicional, decidimos apostar por hacer estas jornadas, con las que creo que Perspectiva ha alcanzado la mayoría de edad. Y ahora tenemos el reto y la obligación de acompañar la iniciativa, de hacerla crecer y seguirle dando la utilidad que al menos hasta ahora ha tenido.

    Además, la Confederación lanza una iniciativa colectiva sobre reflexionar, repensar… que no “reinventar” la organización, pero sí estudiar cómo nos ven desde fuera y desde dentro. Tenemos que analizar cómo ha evolucionado la organización, qué retos hay, cómo respondemos a las nuevas necesidades sociales, económicas, políticas, de comunicación. Y creo que esto ha formado parte de la intención que tenían estas jornadas y de las personas que han tenido a bien compartir con nosotras y nosotros este tipo de reflexiones.

    En el caso de nuestra Federación, con identidad reconocida, potente, tenemos además la responsabilidad de trabajar en un ámbito que ha estado siempre sujeto a debate entre la mezcla de lo que es puramente el mundo del trabajo, con cómo se construye la democracia, cómo se construye una sociedad. Somos la Federación de Servicios a la Ciudadanía. Somos una organización que trasciende los límites o los tabiques habituales de lo que eran los servicios públicos y los servicios privados. Lo somos porque tuvimos vocación de serlo. Por tanto, el enfoque que siempre ha tendido nuestra organización ha sido un enfoque que, independientemente de la fórmula de la prestación de los servicios, siempre ha pensado en que nuestra práctica sindical en el mundo del trabajo estaba directamente vinculada a nuestra manera de concebir la sociedad y la democracia.

    Democracia y sindicato

    En estas jornadas hemos hablado de democracia en sentido estricto, de democratizar la economía; se ha hablado también de los límites de la acción política en un mundo globalizado, financiarizado, con pocos mecanismos de control democrático; con mecanismos difusos pero efectivos de control por parte de las oligarquías; del poder financiero que cada vez jibariza más la capacidad las ciudadanas y de los ciudadanos.

    En definitiva, de las sociedades que aspiramos no solo a que haya una democracia de calidad, sino también una vida digna. Para nosotros una vida digna no sólo es un trabajo digno, un salario digno, la capacidad de construir un proyecto de vida. El objetivo es que eso nos permita ganar espacios de libertad, ganar espacios de civilización, como a mí me gusta decir, de ciudadanía.

    Creo que esto ha estado presente estos tres días. Se han hecho apuntes interesantes con respecto a cuestiones sobre las que venimos discutiendo desde siempre. A mí me parece que algunos temas no vamos a dejar de discutirlos nunca. Pero en cualquiera de los casos, sí es necesario tener la capacidad de poderlos ajustar sobre cómo va cambiando el contexto.

    Claro que tenemos dificultades en el trabajo de las personas que nos dedicamos al sindicalismo, claro que las Comisiones Obreras tenemos dificultades, pero yo honradamente creo que si hay alguna organización que tiene capacidad de mirarse hacia dentro, y de ser capaz de tomar decisiones, en algunos casos, como nuestra historia ha demostrado, valientes, es CCOO. Esa es nuestra organización.

    También tenemos una tendencia a valorar poco los puntos fuertes que tiene la organización y lo que significa la historia y la trayectoria de CCOO. Creo que si lo hacemos con el equilibrio de forma que no tape las deficiencias, o no sirva como pretexto para que dejemos de discutir qué tenemos que hacer de otra forma o cómo tenemos que corregir los errores que también cometemos, me parece que es saludable.

    Es un tiempo no solo de pasar a la ofensiva, no solo de reivindicar lo que significa el mundo del trabajo organizado a través de sus organizaciones, a través de los sindicatos, sino de lo que significa también CCOO.

    Muchos y muchas me habéis escuchado decir que tenemos la responsabilidad de haber recibido un legado histórico, clave en la historia de la democracia de este país y una de las mejores obras que ha podido hacer la izquierda en la recuperación de la democracia después de la dictadura. Creo que el contexto en el que estamos viviendo la clausura de estas jornadas explica por sí mismo esta afirmación. Y tenemos la obligación de preservarlo y de conservarlo.

    Pero también somos una organización que interpretamos que “preservar y conservar” debe realizarse de una manera dinámica. Las cosas se preservan y se conservan si también somos capaces de acompañar de manera colectiva, de acompasarnos a quien nos debemos: a las personas que representamos y a las que aspiramos representar.

    Jóvenes

    También tenemos la obligación de conservar CCOO para la gente que viene detrás, que la hay. Es verdad que somos una organización que tenemos dificultades para conectar con el colectivo de personas jóvenes. También porque, como hemos discutido muchas veces en la organización, somos una organización del mundo del trabajo. El mundo del trabajo se ha desplazado del centro del debate político y social. Pero si de verdad queremos cambio social, una sociedad como la que en CCOO defendemos y por la que trabajamos, esa sociedad no va a ser posible sin el mundo del trabajo.

    Hacía una referencia con respecto a las dificultades que tenemos de conectar con las personas jóvenes… No me voy a extender, pero también me gusta dejar algún tipo de mensaje positivo, y es que en toda la organización tenemos 50.000 personas jóvenes afiliadas. Somos la mayor organización con personas jóvenes afiliadas. ¿Eso nos hace sentirnos satisfechos? No, pero utilicemos el potencial que tenemos dentro de la organización. Seamos capaces de mezclar la juventud con la experiencia. Pero hagámoslo de verdad. Seamos capaces de construir un espacio dentro del sindicato que permita que las personas jóvenes cobren protagonismo, porque no son el futuro, son ya el presente. Aunque sea un presente compartido con las personas que tenemos más edad y que hemos alcanzado determinados niveles de responsabilidad en la organización.

    Desigualad de genéro

    También hemos avanzado mucho en todo lo que tiene que ver en cómo el sindicato combate la desigualdad de género. Pero no es suficiente. Si hemos sido una organización capaz incluso de reflexionar sobre cómo avanzábamos en materia de igualdad de género, de participación efectiva de las mujeres que también están en la organización, sigamos dando pasos.

    Si tenemos la capacidad crítica que hemos demostrado en otros ámbitos, tengámoslo también para esto. Sigamos pensando cómo terminamos rompiendo los techos de cristal que todavía quedan en la organización. Porque quedan. Porque no hay nada más que ver quiénes son, qué género tenemos las personas que ocupamos en este mismo momento la máxima responsabilidad de las organizaciones confederadas. Y yo siempre he creído que a veces es necesario decir lo obvio en voz alta para que nos estimule y en toda la organización sigamos dando pasos en este sentido.

    No quiero terminar sin agradeceros, no solo la presencia sino la participación. El orgullo no solo de clase, sino de tener una responsabilidad, la que ahora me corresponde en la dirección de la Federación estatal junto con los otros compañeros y compañeras que están aquí, de ver esta sala permanentemente llena. Cuando hay gente que se plantea que el actual sindicalismo, más allá del debate de cómo interpretamos qué es lo sociopolítico en CCOO, ha perdido el interés sobre este tipo de debates más generales, más globales… me encantaría que vieran lo que ha sucedido aquí estos tres días, cómo está la sala llena, la participación que ha habido, el interés que ha suscitado, sabiendo además que esto es un encuentro de una organización estatal donde hay gente de todas las partes del Estado, personas con responsabilidad en la estructura de la organización, y que nos consta que es un esfuerzo, no sólo la asistencia, sino la permanencia y la participación en este tipo de debates.

    Carácter sociopolítico de las CCOO

    Un último mensaje. Cuando hablaba de cómo somos capaces de actualizar el papel las CCOO sin romper el hilo de la historia de la organización que algunos y algunas hemos recibido como legado, yo no interpreto esto de otra manera que no sea garantizando el carácter sociopolítico de las CCOO.

    Me parece que es esencial. Es una vacuna no solo contra la desmemoria sino contra esa sensación muchas veces que entra de fatiga, de impotencia ante las cosas a las que nos tenemos que enfrentar, y de las dificultades que tenemos para enfrentarlas.

    Porque creo que en CCOO nos supimos sobreponer en un momento muy complicado para defender ese carácter sociopolítico y me parece que como es una organización plural, sigamos alimentando esa pluralidad. Sigamos interpretando lo que es un sindicato de clase y sociopolítico como lo interpretamos en CCOO.

    Y esto quiere decir muchas cosas: el carácter plurinacional del Estado, el papel de las personas, el papel de la política, el papel de todo lo que va más allá de las fronteras de la empresa, de la Administración, del centro de trabajo… Creo que esta es la mejor manera de conectar ese hilo de la historia, el legado que hemos recibido, de lo que hoy es CCOO para entregarlo en las mejores condiciones posibles a las personas que sustituyan a los que tenemos en la actualidad determinada responsabilidad en la organización. Y además, para seguir defendiendo el modelo de democracia en la economía, en la empresa, en la vida común y por una sociedad más justa.